BIOGRAFÍA DE CANELITA
Canelita nace en el barrio La Bajadilla en Algeciras, La isla Verde árabe, el puerto en donde desembarcó a su llegada a Andalucía, Zyryab, el músico Iraquí , inspirador del cante jondo . Allí en La Bajadilla , en las mismas calles en donde alumbró su arte genial maestro Paco de Lucía, Canelita, aún un chiquillo , descubre que posee el don de la voz. Allí le escuchamos, sentado en el peldaño de una escalera frente a su casa entonando los sonidos negros de los cantes viejos. Canelita respira fandangos y bulerías, sus cantes preferidos , pero también rumba y tangos.
Desde pequeño, ligado a artistas de la talla de Morenito de Illora, Manzanita que fué quien le puso el nombre de Canelita, cuando en la grabación del disco ‘Homenaje al Chino de Málaga‘ éste lo escuchó y dijo este niño es ‘canela fina‘, desde entonces se le quedó el nombre de Canelita.
Su primer trabajo, ‘Vivo errante’(2004), se publicó hace años, apenas siendo un niño y fue toda una revelación dentro del mundo flamenco.
Sin aditivos ni colorantes, sin grandes campañas de promoción, se está convirtiendo poco a poco en una realidad del cante en nuestro país y sus seguidores ya se cuentan por miles.
Una vida difícil y sin florituras, que sin duda hace más profundo su cante. Que le hace auténtico y jondo por los cuatro costados.
Su forma de cantar refleja la geografía flamenca de su barrio, de Algeciras, que le está viendo crecer como artista, en donde es feliz y a diario teje su biografía aprendiendo de la vida.
Lo de Canelita es un fenómeno que ocurre en algunas ocasiones. Un niño cuando empezó con la sabiduría de un flamenco y derrochando arte por los cuatro costados que, sin apenas promoción ni marketing, consigue, gracias al boca a boca, llegar a una cantidad de público que otros artistas con grandes campañas no consiguen. Sus discos ya están en Francia o Alemania y pronto conseguirán estar en Japón. Y a todo esto se le llama talento innato. Sabemos que tiene un futuro inmenso, pero ahora dejemos que su voz exprese todo lo que siente.
El resto que lo escriba la historia…